domingo, 6 de marzo de 2016

Armando Reverón


(Venezuela, 1889-1954) fue un genial pintor. Hijo de un matrimonio conflictivo; su padre desapareció al poco de su nacimiento. Fue criado por los Rodríguez Zocca en su hacienda de Valencia (Venezuela). En esos años, se inició en la pintura con un tío-abuelo materno, Ricardo Montilla. A los 14 años regresó a Caracas con su madre. En 1908 ingresa en la Academia de Bellas Artes de Caracas. Viaja a Barcelona (1911), donde asiste a la Escuela de Artes y Oficios; y a Madrid (1912), aprendiendo en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando y en los talleres de los pintores Moreno Carbonero y Muñoz Degraín. En 1914 realizó un viaje a París. Y en 1915 retornó a Venezuela, participando en las sesiones del Círculo de Bellas Artes de Caracas, fundado dos años antes por algunos de sus antiguos compañeros, que se rebelaban contra la enseñanza rancia impartida en la Academia de Bellas Artes. Su principal aportación fue sacar a los pintores del estudio y llevarlos al contacto con la naturaleza. Estos años, de 1915 a 1920, se presentan aún como un rito iniciático, como el impulso de un hombre que se dirige hacia un lugar pictóricamente nuevo. A la influencia de Goya y Velázquez, ya en Venezuela, se suman las del rumano Samys Mützner y del franco-venezolano Emilio Boggio, ambos postimpresionistas. Pero sobre todo del ruso Nikolai Ferdinandov, ilustrador simbolista del que aprendió el aprecio del azul obsesivo. 

OBRAS






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