(Venezuela, 1889-1954) fue un genial
pintor. Hijo de un matrimonio conflictivo; su padre desapareció al poco de su
nacimiento. Fue criado por los Rodríguez Zocca en su hacienda de Valencia
(Venezuela). En esos años, se inició en la pintura con un tío-abuelo materno,
Ricardo Montilla. A los 14 años regresó a Caracas con su madre. En 1908 ingresa
en la Academia de Bellas Artes de Caracas. Viaja a Barcelona (1911), donde
asiste a la Escuela de Artes y Oficios; y a Madrid (1912), aprendiendo en la
Escuela de Bellas Artes de San Fernando y en los talleres de los pintores
Moreno Carbonero y Muñoz Degraín. En 1914 realizó un viaje a París. Y en 1915
retornó a Venezuela, participando en las sesiones del Círculo de Bellas Artes
de Caracas, fundado dos años antes por algunos de sus antiguos compañeros, que
se rebelaban contra la enseñanza rancia impartida en la Academia de Bellas
Artes. Su principal aportación fue sacar a los pintores del estudio y llevarlos
al contacto con la naturaleza. Estos años, de 1915 a 1920, se presentan aún
como un rito iniciático, como el impulso de un hombre que se dirige hacia un
lugar pictóricamente nuevo. A la influencia de Goya y Velázquez, ya en Venezuela,
se suman las del rumano Samys Mützner y del franco-venezolano Emilio Boggio,
ambos postimpresionistas. Pero sobre todo del ruso Nikolai Ferdinandov,
ilustrador simbolista del que aprendió el aprecio del azul obsesivo.
OBRAS
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